Me voy un tiempo. De vacaciones. En realidad unos días, pocos, pero el tiempo suficiente para dejar mi "mundo" de lado y viajar con el cuerpo y la mente hacia algun lugar que me despeje, me abastraiga, me ayude a trasladarme con mis pensamientos hacia donde yo quiero ir... hacia donde más me gusta ir...Me tomo vacaciones de tantas cosas! Algunas son reales. Es decir, vacaciones del trabajo. Del calor que pega duro en esta ciudad de las diagonales. De las actividades que nos marcan el ritmo durante el año... pero también me tomo vacaciones de algunos deseos que se hacen desear, de proyectos a medio camino, de tests y fechas, y del calendario femenino...
Bajo la persiana por unos días. Quizás, porque cada vez que lo hago retomo fuerzas. Tomo carrera para que el salto sea más alto o para llegar a la meta deseada con mayor decisión. Voy a salir de mi "mundo" por un rato; mundo que amo, sin el cual no podría respirar ni aspirar a nada... pero "mundo" que agobia por momentos. Que me pisa los talones, porque a veces corre a más velocidad que yo y me alcanza. Y cuando lo hace, muchas veces, me desbasta.
Me espera el silencio del sur, que como dicen, también existe. El paisaje que además de relajar, te incita a respirar profundo, bien profundo, y exhalar con fuerza; y en ese mismo acto, en ese mismo instante, sacar de lo más interno nuestro todo aquello que nos duele y -como siempre digo- nos quema por dentro.
Me espera el descanso y el imponente paisaje que brinda muchas veces la naturaleza. Esa misma naturaleza que siento que por momentos nos juega tan en contra. Tanto. Me espera el compartir con amigos. Y tiempo con M.; ese tiempo que durante el año siempre escasea. Me esperan unos mates frente al lago. Y un asado en el medio del bosque de álamos...
Me tomo vacaciones de mi misma. Y no es poco. A mi regreso, recién a la vuelta, comenzará, de alguna manera, el 2010 para mi. Y este tiempo de pausa habrá sido solo la antesala de un año cargado de expectativas. Entonces si será momento para ponerse en acción, de la manera que sea, para empezar a cerrar capitulos que, de por si, abrirán otros. Quizás tediosos y hasta dolorosos por momentos, pero capítulos que indefectiblemente, me acercarán a la luna, y una vez allí, cuando la tenga bien cerca, correrla del medio, sacarla de escena de una vez por todas, y palpar de cerca aquello con lo que sueño cada noche...
Y entonces, entre vos y yo, ya no estará la luna... ya no habrá nada en el medio, y ya no necesitaré nunca más, nunca, tomarme vacaciones de mi "mundo"... porque para entonces, ya habré dejado de lado las pesadillas y el dolor devastador del fracaso... para entonces, vos serás mi "mundo" y de él, te aseguro hijo, no querré tomarme vacaciones.

